sábado, 21 de noviembre de 2015

El partido de sus vidas

Director.- David Anspaugh. Año 2005.

Reparto.- Wes Bentley; Gerard Butler; Jay Rodan; Patrick Stweart.

Mundial de Brasil, 1950.
El segundo partido del grupo  se disputaría en Belo Horizonte entre la selección de Estados Unidos: desconocida, casi a mater, frente a Inglaterra: todopoderosa, una de las grandes favoritas para ser campeona del mundo, conocida como la marea azul por vestir la camiseta de ese color.

Estados Unidos ni siquiera aparecía en las casas de apuestas, nadie daba un dólar por ellos; habían perdido contra España su primer partido tres goles a uno.

Joe Gaetjens, jugador haitiano que defendía la camiseta americana comenta: "Hay mucho en común entre el fútbol y el baile. El fútbol es un montón de chicos bailando juntos en el campo alrededor de un balón." Fue el autor del gol histórico de aquélla épica  victoria.
Joe Gaetjens, a hombros después del partido.
Los americanos, en su mayoría militares salen por las noches y se emborrachan, beben, entrenan poco o nada; Estados Unidos acababa de enviar sus primeras tropas a la guerra de Corea y un General los arenga y les entrega sus equipaciones. 
Frank Borghi, el arquero le dice a sus compañeros en el vestuario antes de salir al terreno de juego: “no hay una persona en la grada que nos conozca, después de 90 minutos sabrán quienes somos.” 
Borghi, mítico portero de ascendencia italiana.
Un gol en la primera parte y una defensa a ultranza en la segunda con una actuación heroica de su portero haría que, hasta ese momento, Inglaterra sufriera la derrota más increíble de la historia del fútbol, después vinieron muchas mas sorpresas; esto sólo fue el preludio del famoso “maracanazo”.
Claves: la humildad y el orgullo caminan cogidos de la mano.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Tengo ganas de ti



Director: Fernando González Molina. España. Año 2012.
Actores principales: Clara Lago y Mario Casas.
Música: Manuel Santiesteban.




Hace tiempo, mucho tiempo, quizá demasiados años que buscaba una actriz como ella, con su frescura, desparpajo, sonrisa y fuerza ante la cámara.
No, no, no, no lo digo por su papel en ocho apellidos vascos, sino por una carrera como actriz que parece no tener techo.
Sus ojos encantan a cualquiera y su cuerpecillo, casi de gitana, llena la pantalla dándole luz e ilusión; libertad; horizonte.
Tengo ganas de ti, -una de las mejores películas españolas de los últimos años según mi opinión avalada por su cuantiosa recaudación a nivel mundial- se ambienta en una Barcelona real, profunda y romántica, muy alejada de la actual descrita por un nacionalismo absurdo, como todos.
Clara Lago interpreta y vive dentro del personaje de Ginebra (Gin);  juega durante toda la película alrededor de ella misma sin sobre actuar de forma banal; la noche le rodea, lo envuelve todo con ella: cantando, riendo, llorando todo lo habido y por haber; disfrutando y haciendo lo que le da la gana sin pedir explicaciones a nadie; de fotógrafa, actriz, cantante, descarada cien por cien.
Clara es la vuelta a la luz de un cine español apagado por las subvenciones y el control estricto de los  guiones tumbados siempre hacia el mismo lado.
Pertenece a una nueva generación de actores que representan la esencia, en  el fondo clásica, de la escena española; en este sentido Clara se expone poliédrica, camaleónica, bullanguera, borde, chula, rebelde, sentimental y, junto al musculoso Mario Casas –Hugo (Hache)-, avanzan siempre sin mirar nunca atrás; él le pregunta:
“¿Dónde está el secreto del futuro Gin?”, ella responde sincera: “en avanzar, avanzar y que las cosas pasen, Hache”
Con ella en la pantalla nada es imposible.
Clave: sus locos y enormes ojos negros que harían perder la cordura a todo aquél que aún se crea cuerdo.