lunes, 16 de noviembre de 2015

Tengo ganas de ti



Director: Fernando González Molina. España. Año 2012.
Actores principales: Clara Lago y Mario Casas.
Música: Manuel Santiesteban.




Hace tiempo, mucho tiempo, quizá demasiados años que buscaba una actriz como ella, con su frescura, desparpajo, sonrisa y fuerza ante la cámara.
No, no, no, no lo digo por su papel en ocho apellidos vascos, sino por una carrera como actriz que parece no tener techo.
Sus ojos encantan a cualquiera y su cuerpecillo, casi de gitana, llena la pantalla dándole luz e ilusión; libertad; horizonte.
Tengo ganas de ti, -una de las mejores películas españolas de los últimos años según mi opinión avalada por su cuantiosa recaudación a nivel mundial- se ambienta en una Barcelona real, profunda y romántica, muy alejada de la actual descrita por un nacionalismo absurdo, como todos.
Clara Lago interpreta y vive dentro del personaje de Ginebra (Gin);  juega durante toda la película alrededor de ella misma sin sobre actuar de forma banal; la noche le rodea, lo envuelve todo con ella: cantando, riendo, llorando todo lo habido y por haber; disfrutando y haciendo lo que le da la gana sin pedir explicaciones a nadie; de fotógrafa, actriz, cantante, descarada cien por cien.
Clara es la vuelta a la luz de un cine español apagado por las subvenciones y el control estricto de los  guiones tumbados siempre hacia el mismo lado.
Pertenece a una nueva generación de actores que representan la esencia, en  el fondo clásica, de la escena española; en este sentido Clara se expone poliédrica, camaleónica, bullanguera, borde, chula, rebelde, sentimental y, junto al musculoso Mario Casas –Hugo (Hache)-, avanzan siempre sin mirar nunca atrás; él le pregunta:
“¿Dónde está el secreto del futuro Gin?”, ella responde sincera: “en avanzar, avanzar y que las cosas pasen, Hache”
Con ella en la pantalla nada es imposible.
Clave: sus locos y enormes ojos negros que harían perder la cordura a todo aquél que aún se crea cuerdo.




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