Con nombre de Torero o Torera se presenta una rubia de pelo corto y una elegancia innata; va a Londres y se cuelga dos Medallas de Plata, cuatrocientos gramos cada una de ellas, sonriendo como una niña mimada.
Gracias Mireia porque tu nombre me huele a Sevilla, a Seviiia.
Tú, deportista de corazón y esfuerzo, has nadado como nadie soñó siquiera una noche de este Agosto caluroso; revuelto y nervioso como él solo, aunque sólo para los ignorantes, en el Río Guadalquivir; en el Betis de las huestes de Roma.
Gracias Doña Mireia, por permitirme el lujo de descubrir tu nombre y guardarlo para siempre en la Torre del Oro, a orillas de un Río que mataría por sentir tu nado en sus aguas; allí, frente a la pálida Maestranza, donde un Hombre de Triana llamado Don Juan y apellidado como tú Mireia, transformó para siempre el mundo de lo Sagrado de aquéllos tiempos difíciles y duros.
Hoy, cuando el sol se ponía en estas tierras del Sur, tu nadar de ochocientos infinitos metros (casi un Kilómetro) sobre la azulina piscina británica, nos ha hecho al menos saborear, junto a las sandías y el melón, un poco de alegría.
Tus ojos Azules como el agua clorada; celestes como el cielo que no puedes saborear lo que te mereces.
Verde como Badalona.
Gracias mítico Club de Natación de Sabadell.
Gracias mítico Club de Natación de Sabadell.
Gracias Artista.
Gracias Mireia.
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