miércoles, 9 de diciembre de 2015

LA TERMINAL.



Perdido en el JFK.
Director.- Steven Spielberg. año 2004.
Actores principales.- Tom Hanks, Catherine Zeta-Jones, Stanley Tucci.

Inspirada en la historia real de un exiliado iraní que vivió durante 18 años en el aeropuerto Charles De Goulle de París.
Víctor Navorski (Hanks) es obligado a permanecer en la sala de tránsito internacional del aeropuerto JFK tras declararse una guerra en su país, Krakozhia.
Un policía le comenta “América está cerrada para usted, aquí solo puede hacer una cosa: comprar”  El lenguaje administrativo lo justifica todo: “No puede entrar en NY sin visado, y no puede tener visado sin pasaporte y no puede tener pasaporte si no tiene país” Se ha convertido en un apátrida, dando lugar a situaciones kafkianas.
Se convierte en un problema para el comisario de Policía del JFK –Tucci- que intenta quitárselo de encima como sea; sólo desea que se convierta en el problema de otro y le pregunta. “¿Tiene usted miedo de volver a casa, teniendo en cuenta que su país está en guerra? Víctor contesta: no
Stanley Tucci
Navorski se resiste y hace de todo para ganarse la vida: descubre que, por cada carro de transporte que se encuentre, puede ganar 0,25 centavos; después es el Cyrano de Bergerac entre un empleado del aeropuerto y la bella agente de aduanas, por último termina como carpintero, fontanero, albañil…siempre dentro del aeropuerto.
Aparece Amelia (Zeta-Jones) que intenta defender un papel demasiado pasteloso, tiene 39 años y empezó a trabajar como azafata a los 18, Amelia dice “Soy como Napoleón, me empeño en ingerir hombres venenosos hasta que caigo enferma”; “Toda mi vida esperando y la verdad no se para qué…"
Catherine Zeta-Jones: azafata por los suelos.
Amelia y Víctor cenan juntos, la escena es para no perdérsela; girando entre lo esperpéntico y lo ridículo.
Los empleados del aeropuerto dicen: “Hay que ignorar los números y fijarse en las personas” “Las azafatas no son mujeres normales, todo el día volando de una zona horaria a otra les hace saltar el reloj biológico”
La película entra en una dinámica empalagosa mezclando la comedia, el llanto, la historia en un gazpacho cuyo resultado no convence.
Si queréis saber qué le regaló Napoleón a Josefina después de conquistar Baviera, viendo esta película podéis descubrirlo.
Clave: la cabra; puerta 67; 10-10-2004.


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